Otra entrada de "Travelling without moving" aprovechando que ya están por comenzar las vacaciones, esto os puede dar una idea para visitar este museo especial que está al norte de España.
La visita la hice hace unos años, en ese entonces no tenía hijos, tenía una cámara muy básica y el pelo más rubio que ahora. Las fotos no están muy pulidas (ya os lo explicaré) pero os invito a leer y a transportarse a un lugar en donde el diseño, la moda y la cultura conviven en un museo al legado de Cristóbal Balenciaga.
Durante el puente del Pilar tuvimos la suerte de hacer una escapada al norte, a
Gipuzcoa. Estuvimos "turisteando" en Azpeitia, Zumaia, Getaria, Zarautz y
San Sebastián. Nunca había estado y fue una experiencia tan agradable y rica que siempre he pensado en repetir: los paisajes, acantilados, playas y absolutamente todo fue un sueño.
No tenía ni idea de que en Getaria está el Museo de Cristóbal Balenciaga
pero vimos carteles por toda Getaria así que mi marido me concedió el
capricho de ir a verlo ya que estábamos ahí. Al principio él estaba un
poco escéptico porque decía que era el único hombre en el museo viendo
"vestiditos" :P pero se quedó tranquilo cuando vió que había 2 o 3
sufridores más dentro del Museo.
La
verdad me quedé muy impresionada con el edificio del Museo, con el
diseño de las salas de exposición y sobre todo, con lo bien que lucen
los vestidos aunque hayan sido hechos hace décadas. Tomando en cuenta
que Balenciaga abrió su primera tienda en 1917, hay vestidos realmente
antiguos. Este de novia me encantó:
Al
Museo y al Palacio de Aldamar se llega en unas escaleras eléctricas que
suben desde la calle a un lado de la oficina de Turismo de Getaria. Hay
6 salas, cada sala divide el trabajo de Balenciaga: Comienzos, Día,
Cóctel, Noche, Novias y la última es Balenciaga Esencial. Al comprar el
billete de entrada te dicen que la sala 0 es donde se exhibe un
documental de 20 minutos sobre Balenciaga. También en cada sala hay una
pantalla en donde pasan un mini-vídeo que hace de introducción a lo que
vas a ver en la sala.
Siendo
una admiradora de la moda (aunque no fashion victim) me encantó todo lo
que ví. Sólo pondré las fotos que salen más o menos bien porque la
mayoría de las salas tenían una iluminación muy oscura y como no se
puede usar flash, en algunas fotos se pierde lo bonito de los bordados y
la pedrería. Se ve que Balenciaga era un perfeccionista. Aquí unas
toreritas, sombreros, collares y broches:
Una
probadita de los vestidos. Las fotos que mejor salían estaban en la
sala de novias (como el de la primera foto arriba, que es bellísimo).
Bueno,
tenía muchas ganas de poner el vestido de una reina que hay en el
Museo, pero tengo que dejar que descubráis de cuál reina y cómo es el
vestido vosotr@s mism@s ;)
En
la última sala mi marido flipó. Al lado de cada vestido hay una
pantalla que muestra cómo era dibujado el vestido, después el patronaje,
el ensamblado de piezas y finalmente el vestido terminado. Creo que es
una mezcla de 3D con fotos. Aquí la pantallita:
Por
último y como no podía dejarlo pasar, una foto del primer perfume de
Balenciaga: Le Dix. Me quedé con unas ganas de olerlo. Seguro que me
gustaría.
Traduzco de Fragrantica: "Fue
lanzado en 1947 como una esencia suave, floral clásica para la noche.
Delicada, empolvada, las violetas oscuras se pueden percibir a través de
un chispeante velo de bergamota y limón... el opulento corazón se abre
con rosa e ylang-ylang y, después de un rato, su fuerte esencia floral
es suavizada por aldehídos. La sutil vainilla domina en la base,
proporcionando un acorde interesante en esta composición clásica. Las
notas son: bergamota, limón, ylang-ylang, rosa, lirio, iris, musk,
vainilla, sándalo y vetiver."
En ese entonces observé como
punto a mejorar en el museo, quizá los souvenirs. Con lo que fue
Balenciaga, los souvenirs del Museo me parecieron pocos y nada originales: imanes
con las fotos de los vestidos, bolígrafos, etc. Claro, es mi opinión
personal. Puede que a alguien le gusten muchísimo. No compré nada pero
sería buena idea ponerle empeño a diseñar algunos souvenirs de calidad
como algún bolso de tela, abanicos, hasta cajitas de cerámica con fotos
de los vestidos, yo que sé, algo más relacionado con la moda. No sé si ahora habrán cambiado pero sería genial descubrir que sí.
Todo el viaje estuvo lleno de descubrimientos: Mayte y Clemente que nos hicieron de guías en San Sebastián, nos llevaron de pintxos y tomamos txacolí, la bella Playa de la Concha, una de las vistas más bonitas que he visto en una ciudad.
No os podéis perder este Museo si váis por ahí un día.